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2017

Las historias se cuentan
y quedan
y pasan
y tenuemente
y poco a poco
se van esfumando de la memoria.
La tristeza talante
que desequilibra y tortura
al espíritu
pasa;
como los años
como la vida.
No somos más que un cúmulo
de experiencias deficientes
y milagrosa finitud.
La vida pasa en este instante;
cada segundo cuenta.
Caras y cuerpos desfilan
y se hinchan y se acortan
y se afean y se pudren.
La vida pasa en este instante
y nadie parece entender
demasiado bien nada.
La esperanza es un sueño
al que aferrarse;
y me aferro
a sus enormes ojos que no mienten
y quiero pasar por su vida
y atravesarla y romperla y cambiarla
y acompañarla segundo a segundo
hasta hacerla comprender
-muy pausadamente-
que nunca más
estará sola de nuevo.
La aventura es ahora
y es mejor
si contamos una gran historia.