loader image

Publicado en Código Cba

10 de diciembre de 2020

Un estudio del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) predice que el impacto socioeconómico que dejará la pandemia por COVID-19 podría arrastrar a la pobreza extrema a 207 millones de personas más de lo que mostraban las estadísticas vigentes. Esto dejaría un número de 1.000 millones de pobres alrededor del mundo para el 2030

Sin embargo, esta premisa es evitable, según los especialistas, mediante inversiones encauzadas hacia los logros propuestos por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que, en caso de cumplirse, podrían conseguir sacar a 146 millones de personas de la estadística. El informe, que fue realizado por el PNUD y el The Frederick S. Pardee Center for International Futures de la Universidad de Denver, concluye que el escenario más optimista para la humanidad depende en alto grado de contener el aumento desmesurado de la pobreza y de la eliminación del virus. 

En relación al documento, el administrador del PNUD, Achim Steiner, hizo hincapié en que el informe deja en evidencia que la pandemia actual “es un punto de inflexión y las decisiones que tomen los líderes ahora podrían llevar al mundo en direcciones muy diferentes. Tenemos la oportunidad de invertir en una década de acción que no sólo ayude a las personas a recuperarse de la COVID-19, sino que restablezca el camino al desarrollo de las personas y del planeta hacia un futuro más justo, resiliente y sostenible”. Por otra parte, Steiner remarca la importancia de modificar patrones de comportamientos sociales y de consumo en pos de batallar por un cambio más favorable en los próximos años.

El estudio concluye que los Objetivos de Desarrollo Sostenible impulsados por la ONU tienen el potencial para mejorar el desarrollo social en estados frágiles y afectados por el conflicto en los que perviven el grueso de personas que podrían ser afectados de cumplirse la predicción. Los programas de la ODS se dividen en 17 objetivos que buscan erradicar la pobreza, proteger el planeta y garantizar la prosperidad y paz de todos los seres humanos; y que esperan se hagan efectivos para el 2030. Estos protocolos actúan en este momento en 170 países.