Publicado en Código Cba
18 de noviembre de 2020
Las fiestas clandestinas están aumentando en la capital cordobesa y en su periferia, a pesar de que las autoridades sanitarias han sentenciado que este tipo de reuniones masivas pueden aumentar los casos por COVID-19 entre la población. Los jóvenes, cansados de la cuarentena eterna, se convocan mediante redes sociales como Instagram o por aplicaciones de mensajería como WhatsApp o Telegram para organizar fiestas en departamentos, casas o descampados, desafiando a las autoridades que, muchas veces, ven sus esfuerzos sobrepasados por la cantidad de personas involucradas en este tipo de reuniones no autorizadas.
Las llamadas “Fiestas Covid” se acrecientan con el arribo del verano y se vuelven una problemática que cada vez está más visibilizada a ojos de todos los cordobeses. La ausencia de protocolos y el doble discurso de las autoridades -que, por un lado, permiten las marchas y la apertura de bares donde, ineludiblemente, en muchos casos se visualiza el incumplimiento de la distancia social, mientras que, por otro, son prohibitivos con la apertura de eventos o de locales bailables- dan un permiso tácito para que este tipo de comportamientos se dé entre la población más joven que naturalmente quiere salir a divertirse.
Los fines de semana, a la madrugada, es común ver grupos de jóvenes por Nueva Córdoba o Centro comprando bebidas alcohólicas en kioscos o buscando algún departamento para sumarse a este tipo de fiestas no autorizadas. Los eventos se viven con naturalidad, con jóvenes ingresando a edificios a altas horas de la noche arreglados para celebrar y consumir bebidas alcohólicas. En muchos casos, incluso –según se puede apreciar en imágenes o videos que trascendieron-, no se toman los recaudos mínimos; como el uso constante del barbijo entre los presentes o un prudente distanciamiento social.
En fechas relevantes del calendario, como el pasado Halloween, por ejemplo, los eventos clandestinos se dispararon y se desbarataron varias fiestas en distintos operativos en el interior y en capital por parte de los Inspectores de la Dirección de Espectáculos Públicos en conjunto con la Policía Municipal, Provincial y Federal; como una fiesta de disfraces donde participaron alrededor de 300 personas en San Francisco en la madrugada del 1 de noviembre. La mayoría de este tipo de “Fiestas Covid” son intervenidas debido a las reiteradas denuncias de los vecinos a la policía.
Por otra parte, el Centro de Operaciones de Emergencias de la Provincia de Córdoba está evaluando autorizar el regreso de los espectáculos con público (al 45% de capacidad de cada lugar) a principios de 2021. Suceso que, de producirse, descomprimiría algo más la avalancha de fiestas clandestinas en la provincia. Sin embargo, lo cierto es que, con la llegada de diciembre y las fiestas santas y de fin de año en ciernes, las reuniones masivas no autorizadas son una preocupación latente para las autoridades a nivel nacional.