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2017

Los acontecimientos no siempre tienen la fortuna deseada.
A veces tocan tiempos arrebatados
y los grandes acontecimientos de la vida
simplemente parecieran ignorar tus plegarias.
Ten presente
que la mente es el peor enemigo del hombre
y su mejor aliado.
La alquimia de los cuerpos
traspasa la tristeza de las almas
y sume a los esclavos
en fantasías mejores.
No se puede culpar a un condenado.
Culpen mejor
a los padres
y a los padres de sus padres
hasta el germen primigenio
que lo echó todo a perder.
La mierda fluye por las alcantarillas sanguíneas
y las atomizadas catacumbas de la mente;
La supina ignorancia se derrama
por los laberintos de los arquetipos sociales
en dirección al embudo
que más tarde o más temprano
hará reventar la botella.
No creo que exista algo mejor
ni algo peor
apenas existe lo necesario.
Y lo necesario ya es demasiado
para los amputados espirituales de este siglo.
No pienso que la mejor manera de sentirse libre
sea despegando
y alejándose de los hombres
o derrochando la juventud
en noches que no se recordarán en una semana.
La salvación del espectro inmortal
y del equilibrio psíquico
está en aferrarse a los hombres
y en no soltarlos a pesar de sus flaquezas.
Está en perdonar al prójimo
y en venerar la conquista de los pecados
y las del pecador.
El amor no es insustancial
ni brota de un chispazo.
El amor se construye
desde uno mismo hacia los demás.
Y sólo aquél que perdone
lo que se presenta en su trazo inexpugnable
y se aferre a la humanidad
aun con todas sus faltas y deficiencias
podrá construir dentro de sí
un puente hacia sus semejantes.
Si me lo preguntan
la libertad es sufrimiento.
Y el amor es la tibia
y agridulce recompensa
de experimentar años y años
de tórridas experiencias humanas.
Nuestros mejores exponentes
no son los más festivos y jocosos
ni los más brillantes
ni los más atractivos
ni los más leales
ni los más valientes
ni los más ingenuos
o los más graves y severos.
Son los que comprendieron
el pacto de la futilidad con la vida
y aun así no eligieron vivir egoístamente.