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2017

En el intempestuoso Olimpo
los Dioses contemplan
bajo sus pies
pequeñísimas figuras
atrapadas en un retorcido reino-prisión.
Y los Dioses ríen hasta las lágrimas
de su estrepitoso fracaso.
—¡Ja, ja, já!
Relámpagos vislumbran los cielos de los hombres
y entre umbrías calamidades
se estremecen los corazones.
—¡No hay propósito en sus actos!
—¡Ja, ja, ja, já!
—¡No hay más que hórrida repugnancia en sus actos!
—¡Ja, ja, já!
El Olimpo es una celebración perpetua
y el banquete es excelso
y las putas bailan
y todos beben
y cogen entre todos.
—¡No son más que monstruos insignificantes!
—¡Ja, ja, ja, já!
La risa es constante en el Olimpo
y toda guerra es sólo eso;
otra guerra.
—¡Que se pudran esos cretinos!
—¡Ja, ja, já!
Y es una perpetua orgía el Olimpo
insaciable y gloriosa como sus representantes.
Entre tanto
en el reino de los mortales
el tablero es sacudido
y pequeñas criaturas
brotan como vástagos
mientras otros pocos rezan y sueñan
delirios mejores.